sábado, 28 de julio de 2012

Muchas cosas siguen igual. Otras peor.

Durante estos meses de obligada inactividad, algunas cosas han pasado y otras no -que es una forma particular de pasar- . Ha pasado que Grecia entró por la variante y no ha pasado que Europa advierta que se encamina mas alla del abismo del brazo de Angela Merkel y la mayorá de los ideólogos de la derecha. Ademas, entre lo sucedido y no, debemos contar con la irrupción de España en la escena y la acción e inacción de los incompetentes que solo saben ajustar, pero al mismo tiempo se asombran de que  no da resultado. 
No deja de causar causar dolor y frustración, pero al mismo tiempo sorpresa, el descomunal aporte que se realiza a los bancos -finalmente los causantes de la crisis- y el esfuerzo que se exige a las víctimas. La sorpresa, al mismo tiempo, se extiende hacia la dirigencia política que inerme frente a los sucesos, se muestra imposibilitada de ofrecer una alternativa diferente a lo que el Banco Central Europeo exige; finalmente esfuerzos aun mayores a los que reclamaba el FMI a las naciones endeudadas de los paises en desarrollo. Tal como la relación sado-masoquista que se despliega en los tratados de psicología, uno termina por preguntarse dónde esta el placer del sometido para aceptar el maltrato.
Uno de los postulados de la  Union Europea es la de crear una riqueza comun que les permitiera mantenerse independientes ante los dos bloques mundiales de poder, en su momento EE UU y la URSS.  El mecanismo durante estos años ha sido el consenso en la gestión y la solidaridad en la acción. Ahora parece que hay consenso de 1, o sea Alemania y los demás a obedecer. La solidaridad, que había sido promovida por una derecha con algo mas de visión, ha desaparecido.

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